La mayor agencia de noticias norteamericana, Associated Press (AP), se revuelve contra los blogs que citan y enlazan sus informaciones. AP comienza a cobrar por las citas. Y en la era de la gratuidad pide 12,5 dólares (ocho euros) por 25 palabras y 64 euros por copiar uno de sus teletipos.
El director del blog periodistas 21, Juan Varela, escribe en Público que AP se rebela contra la economía de internet y la conversión de la información en materia prima, a la que ha contribuido, como todas las agencias de prensa. Es el enésimo intento de recortar el derecho de cita, reconocido por el viejo Convenio de Berna sobre propiedad intelectual, como se ha hecho en España con la revisión legal de 2006.
La economía de internet se funda en la abundancia de contenido y la lucha por la atención. La medida de su valor es el enlace: más enlaces, más reputación y visibilidad. Los patronos de la vieja economía, basada en la propiedad de los contenidos y el control sobre su acceso, no aceptan ese cambio. La información, la televisión y la música son buenos ejemplos, se resisten a ser un commodity (materia prima) cuando hasta los programas de ordenador se distribuyen gratuitamente en internet a cambio de publicidad.
En la sociedad de la información el contenido digital no es un bien escaso. La abundancia de noticias, música o imágenes les resta gran parte de su valor. El valor ya no está en los datos, sino en los metadatos que ayudan a encontrar ese contenido (digitalización), conducen a otros (búsquedas) y permiten conocer a quiénes lo usan y comparten (red social). Son las claves de la economía del enlace, el ADN del código de la web, basado en el hipertexto y la estructura en red.
El valor ya no está en el contenido, sino en su intercambio, su uso y el enriquecimiento por los propios usuarios y la tecnología.
En la sociedad de la información el contenido digital no es un bien escaso. La abundancia de noticias, música o imágenes les resta gran parte de su valor. El valor ya no está en los datos, sino en los metadatos que ayudan a encontrar ese contenido (digitalización), conducen a otros (búsquedas) y permiten conocer a quiénes lo usan y comparten (red social). Son las claves de la economía del enlace, el ADN del código de la web, basado en el hipertexto y la estructura en red.
El valor ya no está en el contenido, sino en su intercambio, su uso y el enriquecimiento por los propios usuarios y la tecnología.
Así se ha construido la gran democratización del contenido en la red, basada en la promiscuidad del hipertexto: ganamos acceso al contenido digital y aumentamos nuestra capacidad de creación hasta convertirnos en una sociedad de autores.
Es el resultado final de la cultura de masas. La eficiencia productiva y de distribución llega hasta el valor cero de la copia. Pero para preservar el viejo negocio algunos defensores de la propiedad intelectual están consiguiendo restringir el viejo derecho de cita, encogido en la Ley de Propiedad Intelectual al reservar la cita a la enseñanza e imponer una “remuneración equitativa” (art. 32 y 33) más allá del uso justo y la atribución.
Hasta ahora enlazar era gratis, pero la ley está lista para que otros intenten repetir la estrategia de AP.
Es el resultado final de la cultura de masas. La eficiencia productiva y de distribución llega hasta el valor cero de la copia. Pero para preservar el viejo negocio algunos defensores de la propiedad intelectual están consiguiendo restringir el viejo derecho de cita, encogido en la Ley de Propiedad Intelectual al reservar la cita a la enseñanza e imponer una “remuneración equitativa” (art. 32 y 33) más allá del uso justo y la atribución.
Hasta ahora enlazar era gratis, pero la ley está lista para que otros intenten repetir la estrategia de AP.
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